Belleza es el asombro que resulta cuando se rompe nuestra manera de ver normalmente. No hay ideas que se puede deshacer del lenguaje. Pensamiento es la emoción de la idea. Se tiene que expresar en el lenguaje. El lenguaje tiene posibilidades infinitas. Poesía es la ruptura de la norma. El hecho estético es la ruptura de lo inesperable. Existe una tendencia cuando uno escribe de ir a la estructura más cotidiana, más normal, más habitual. El lenguaje debe de bailar, tiene que responder a lo que está pasando. Un lenguaje sin emociones o sin conexión erige una barrera entre el lector y el texto.
No importa la anécdota. Lo único que importa es el lenguaje. Con el lenguaje te tienes que emocionar. Primero hay que desaprender a escribir. Escribir sin censura, descontrolarlo, soltar las riendas. Después editar para encontrar la medula. Siempre hay que hacer lo que uno no domine, hay que ir por lo que no sabes.
Cuando uno empieza a escribir, es necesariamente ciego. Libros que consuelan y que no consuelan. Cuando escribes ensayos, tienes que encontrar una especie de agenda arbitraria. Que te des permiso para ser arbitrario. La poesía es el cenizo que cae del cigarro. ¿Viste?
Todas son citas recogidas del taller de María Negroni esta semana.
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